Hace apenas unos días, un compañero sindicalista y socialistas de firmes convicciones, cerca ya de la jubilación, me contaba como él, que siempre tuvo las ideas claras, no se atrevió ya no a participar del sindicalismo y el socialismo clandestino durante el franquismo, si no simplemente afiliarse. No pudo levantarse, rebelarse. No tuvo valor para adquirir un carnet.
Esto viene a cuento porque ayer, como ya sabe todo el mundo, falleció Samaranch. Y es cierto que el Presidente de Honor del COI ha aparecido en fotos con el brazo en alto, y que su discurso nunca fue de condena del franquismo. Pero también es verdad que ha trabajado mucho y bastante bien por el movimiento olímpico. Un movimiento que, como todo el mundo sabe (o debería saber) va más allá de un acto cada cuatro años. Y va mucho más allá del deporte. El movimiento olímpico implica unión de todos los pueblos del mundo. ¿No tiene cierto parecido con La Alianza de Civilizaciones?
Y esto también viene a cuento por la más que sobada Ley de Amnistía. Y es que hay quien toma la transición como a un dios, sin pararse a pensar que no todas las personas que se sentaron en esas mesas, a negociar, estaban en las mismas condiciones. Hay que recordar que muchos venían del exilio, de la cárcel, de la ilegalidad… mientras al otro lado se sentaban aquellos que habían gobernado este autárquico país. Y ahora, cuando han pasado más de tres décadas, hay quien habla de dos Españas, de revanchismo, de venganza… No, nada de eso. Solo pedimos justicia. Nada más, pero tampoco nada menos.
Seguramente yo también he caído alguna vez en ese discurso fácil y simplista de que todo lo que tocó el franquismo es sucio por naturaleza. Y, como me enseñó mi compañero sindicalista y socialista, a veces, la explicación es más fácil que todo eso y al mismo tiempo tiene demasiados matices.
La comparación Olimpismo-Alianza de Civilizaciones me parece que no tiene sentido, pero bueno.
Sobre el tema en cuestión: para mí ajusticiar a franquistas es un retroceso en el concepto de conciliación nacional, que como vemos, no está muy maduro aún.
Lo que no se puede es decir una cosa hoy y otra hace 35 años. Pero si se quiere cambiar, adelante. Pero menos palabras y más hechos.
Es muy fácil y más para gente como tú, que militan en un partido que gobierna. Proponed a vuestra ejecutiva que en el próximo programa electoral, se elabore una Ley que derogue la Aministía. Tan simple como eso.
Justamente lo que mmás me ha gustado de este post son dos cosas:
– el paralelismo entre el movimiento olímpico y la alianza de civilizaciones, que considero muy acertado.
– La complejidad que hay detrás del análisis de la vida bajo el franquismo y la transición a la democracia.
Por cierto, ayer en CNN+ el historiador Santos Juliá se refirió a esto último aportando puntos de vista muy interesantes.
Hola nene
Con Unmirador coincido en el comentario sobre el Olimpismo en la Alianza de Civilizaciones, entiendo más o menos lo que quieres decir pero lo veo cogido por los pelos jejeje.
Sobre lo siguiente pues creo que el ministro Caamaño lo ha explicado estupendamente por la mañana en la SER, «La ley de Amnistia tiene un momento lógico en el contexto de la España de la época y ha cumplido su cometido». Otro debate es si las leyes cumplen su cometido o como creo son los políticos los que han de hacer cumplirlas (cosa q en este país aún nos falta muchísimo por hacer).
Todo esto no es un tema de ajusticiamento sino de JUSTICIA, claro que nadie va a sentar a Franco en el banquillo, faltaría más simplemente es hacer justicia sobre los asesinatos represores tras la guerra y quitar del peso de la historia los juicios injustos de tantas y tantas personas.
Aquí no hay revancha aquí hay que poner a cada uno en su sitio de la historía.
De todos modos me preocupa no ya nuestra situación interna sino nuestra imagen penosa en el exterior.
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Hace años, en alguna conferencia en la facultad de derecho, algunas personas hacian veladas referencias (y críticas) a, entonces, miembros del TC con pasado franquista.
Es fácil dirimir la cuestión en un extremo o en otro, lo que no sé es si será fácil acertar en este tema. En estos días leo «El asedio» de A. Pérez Reverte, y hay una escena que me ha hecho pensar en parte del contenido y el fondo del post. Relata cómo Mojarra, el salinero gaditano, escucha de su hija palabras de condescendencia por los «gabachos» que ha tenido que matar en la guerra de la independencia: «si son franceses, no será pecado», dice la hija. Esta escena me hizo pensar cuánto odio contra el francés se incubó en la historia de España por esta guerra y por los conflictos sempiternos entre ambos países. Me preguntaba cuánto tiempo tardó ese odio en desaparecer de la vena hispánica o si, por el contrario, quedó en la genética mental del colectivo español, en su memoria histórica.
un saludo
Gracias a todos por comentar.
Me sorprende que algunos no veáis conexión entre el Espíritu Olímpico y la Alianza de Civilizaciones. Yo pensaba que era mucho más obvio, pero veo que no, y trataré de explicarlo. Desde su origen, las olimpiadas han supuesto un momento de paz entre los diferentes países (o imperios o civilizaciones, como queráis verlo) para que los atletas pudieran desplazarse a Olimpia. Esto supone Paz e Interculturalidad. Creo que es la esencia de la Alianza de Civilizaciones
Las Olimpiadas son, como decía en el texto, algo más que deporte.
Por otro lado, creo que lo importante es entender la situación hace 35 años y la situación actual. En contextos diferentes se puede (y a veces se debe) defender cosas que puedan parecer contrarias.
En todos los paises que salen de una dictadura hay leyes de punto final, es lógico, la democracia es tierna, los enemigos están armados y ponen condiciones para dejar avanzar a los vencidos, pero luego, al cabo de los años, todas las leyes de amnistía se derogan y se juzga a los culpables de crímenes contra la humanidad, mal ejemplo se daría a futuros golpistas si se deja impune la tortura, el genocido…