Ley de la obviedad

El otro día tuiteaba la Ley de la Obviedad de Cartier, que dice: si mejoras a todas las partes, mejoras al conjunto. Hubo alguno que incluso me añadió que no se mejora proporcionalmente, sino exponencialmente.

Y, con esto en la mente, mezclé ideas con el I+D+i y el cambio de modelo productivo y aquello que conté en Repensando el trabajo y todo esto que repetimos todos los días sin decir nada. La mayoría del tiempo tengo la sensación de que nadie sabe a ciencia cierta cambiar el modelo, así como que la mayoría de la sociedad piensa que aumentar el gasto en Investigación y desarrollo significa poner un laboratorio más. Y esto, sea cierto o no, lo que tenemos claro es que supone mucho dinero.

Lo que muchas veces no sabemos es que hay otra forma de hacer, al menos en parte, algo de I+D+i casero y barato. ¿Y en qué puede consistir esto en una empresa mediana o pequeña? En formación. Alguno me dirá que los cursos de formación también exigen dinero. Y es cierto. Pero yo no hablo de cursos de formación sino de formación a secas.

¿Cómo podríamos hacer esto? Se trata de enseñar entre compañeros parte de su trabajo, aquella que sirva para mejorar la empresa. Por ejemplo, en una fábrica de tornillos, si el jefe de producción explica cuanto dinero se ahorra la empresa (o cuanto beneficio podrían conseguir los trabajadores) con el actual sistema de reciclado, es probable que los operarios que día a día están con esa máquina o ese sistema piensen en mejores soluciones para aumentar la eficiencia de su reciclado.

Esta formación no debe ser unidireccional, porque el jefe de producción también deberá escuchar y aprender de los que están por debajo de su cadena de mando. Parece un consejo obvio pero ¿en cuantas empresas has estado en la que tu jefe te explica lo que hace, porque lo hace y escucha tus consejos?

Ilustración de Helena Ecija para este blog

Otro tipo de formación gratuita y muy útil para la empresa es la generacional. Aquí podríamos meter un uso básico de las Nuevas Tecnologías. Pero es mucho más que eso, se trata de explicar rutinas, de analizarlas en el tiempo, de que los más antiguos del lugar debatan con los más jóvenes los procesos. Quizá, lo que servía hace tiempo (un horario muy rígido para atender al público) ahora no es tan necesario (ya que tenemos sistemas on-line para contactar con nuestra empresa). ¿Cuantas empresas siguen malgastando tiempo y dinero en hacer cosas que no sirven para nada solo porque siempre se ha hecho así y nadie ha pensado en cambiarlo?

Todas estas pequeñas cosas harán que los trabajadores conozcan mejor la empresa, trabajen mejor en ella, aporten su granito de arena en cada uno de esos pequeños procesos que hay que llevar a cabo día a día, y de esta forma, mejorando un poco todas las partes, acabaremos mejorando a toda la empresa.

4 comentarios

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  2. Te diré que esta idea tan original tuya, la usaban allá por los 90 los japoneses en la fábrica de montaje de coches Nissan en Zona Franca.
    Cada operario que aportara a la empresa una idea para mejorar la producción, la seguridad, etc recibía un incentivo económico.
    El problema estaba en que otros trabajadores entendían que eso era sar a la empresa armas para apretarles más las tuercas, pero el sistema como idea pura de aportar en grupo, tenía su aquel.

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