Uno de mis mayores defectos es quizá, una de mis virtudes: no sé decir que no a una propuesta interesante. Mi madre a menudo me repetía aquello de “aprendiz de mucho, maestro de nada” y yo, como buen hijo, no la hice mucho caso. Así que ando aprendiendo un poco de allí o de allá. O desaprendiendo, que no es más que el principio de todo aprendizaje ¿sabemos algo en verdad? Seguramente no. Pero lo importante es intentarlo, esa es la gracia de la vida. Disfrutar del viaje, sin preocuparse de la meta.
Puedes contactar conmigo en hola@antoniocartier.es
Muy buen dicho tenia su madre, me encanta es la verdad “aprendiz de mucho, maestro de nada” eso es una verdad como un Castillo de grande, pero lo que puedo decir que de todo se aprende dia a dia.