#retoecija nº3

Hacía tiempo que papá me lo había prometido. Un día de estos íbamos a salir al río, los dos solos, a montar en bici y pescar. Era un plan perfecto. Y algún día tenía que llegar, y llegó.

Nos levantamos muy pronto, era casi de noche, y preparamos todo. Nos despedimos de mamá que dijo que iba a aprovechar irse a comer con unas amigas que hacía mucho tiempo que no veía, y salimos.

Tras una hora de viaje, aparcamos a un lado de la carretera, donde el coche no molestaba. Cogimos nuestras mochilas y nos montamos en las bicis. Nos quedaba un buen rato de paseo por el monte hasta llegar al río. Mi padre me había dicho que íbamos a pescar en una zona mágica.

 

#3

Cuando llegamos, dejamos las bicis apoyadas en un árbol y montamos todo lo necesario para pescar. Era mi primera vez y estaba un poco nervioso. Y aunque estaba ilusionado, me daban un poco de pena esos peces que íbamos a matar y que, según mi padre, íbamos a comer con una hoguera que en un rato se pondría a preparar.

Mientras esperábamos a que picara alguno, mi padre y yo estuvimos charlando. Me contó cómo conoció a mamá, sus primeros meses de noviazgo, lo nerviosos que estaban cuando mamá se quedó embarazada de mí, las interminables compras de muebles, ropa, pañales, juguetes… que tuvieron que hacer. Papá jamás me había contado esas cosas. De hecho, jamás vi a papá con esa cara de felicidad calmada en la cara. Fue bonito.

Pero como había pasado mucho tiempo, mi padre decidió que era hora de ir a preparar el fuego, que si los peces no picaban, había traído un poco de carne para comer. Como a esa hora ya hacía calor, le dije que mientras yo me iba a bañar. «Pero no te muevas de aquí.» «No, no lo haré. Estaré aquí mismo» Y me eché a nadar.

Cuando mi padre llegó parecía muy nervioso. Yo me acerqué a la orilla y le dije «Aquí estoy», pero él parecía no oírme. Gritó mi nombre un montón de veces. Estaba delante mía, pero era como si no me viese… Al final, mi padre, aburrido y cansado dijo «Bueno, ya volverá..» decidió tirar la caña. Yo vi el cebo y me sentí atraído. Y ahí lo comprendí todo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *