#retoecija nº11

Afuera llueve. Hace frió. He decidido subir la calefacción al máximo y desnudarme. Es un derroche energético. Pero justamente eso, energía, es lo que me falta a mi. Subo las persianas. No tengo miedo, ni vergüenza en que algún vecino pueda verme así. Seguramente con la lluvia no pueda ver nada, en realidad. Pero ¡qué narices! Me da igual.

Me siento en el sofá. Cierro los ojos. Pienso en ti. Pienso en el tiempo que hace que tus manos no tocan mi cuerpo, en el tiempo que hace que tu lengua no moja mi espalda en círculos.  Te pienso y te recuerdo. Y mis manos, quietas, recorren tu cuerpo y el mio a partes iguales, como si tuviese cuatro, o seis, o ocho manos. Ojalá.

#11

La lluvia sigue golpeando el cristal y, no sé muy bien cómo, algo de luz también entra. Me distraen esos rayos y abro los ojos. Por un momento sueño que estas ahí. Pero no hay nada, ni nadie. Solo un cristal mojado, mi ropa tirada por el suelo y yo, esperando un mañana que nunca llegará. Un día más.

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