Desde que se inició el proceso de cara al 38º Congreso del PSOE me he mantenido relativamente al margen de todo lo que ha ido pasando, salvo algunos comentarios puntuales en twitter y facebook y aquel manifiesto por la Agrupación 2.0. No he realizado enmiendas a los documentos, no he ido a mi agrupación a votar a ninguna lista, no he estado en ningún congresillo… nada. He sido, más que un militante, un ciudadano de a pie cualquiera (por increíble que parezca, sí, es posible.)
Desde mi lejanía (y mi apatía hacia ambos candidatos) he podido observar como muchos compañeros se han ido posicionando por uno o por otro, he podido ver como algunos de ellos se criticaban por esas posiciones y he podido comprobar como los fanboys no tienen ni una pizca de vergüenza para defender cualquier cosa que haga su ¡oh amado! líder, aunque estemos hablando de delitos.
Mientras esto pasaba, todo el mundo decía que había que debatir. Y espero que haya sido así, pero no es eso lo que ha llegado. Tampoco aquellos que se han molestado en analizar a Chacón y Rubalcaba han encontrado algo más que los lugares comunes donde habita el socialismo clásico. Queda claro que ninguno de los candidatos es un cambio real en el PSOE cuando parece claro que es un cambio lo que necesita el PSOE.
Suelo recordar a aquellos que dicen que es un partido centenario que River Plate también lo es, y no por ello se libró de bajar a segunda. Hay que hacer las cosas bien. ¿Quiero decir que con cualquiera de estos dos candidatos va el PSOE a bajar a segunda? No. O no obligatoriamente. Pero nada está garantizado. Nada.
Y una de las cosas que me gustarían que se cambiase es esa enfermedad por lo que digan los periódicos (especialmente ElPaís) del partido. Parece que hemos olvidado que es una empresa, con sus intereses, con sus apuestas, con sus deudas y sus favores. ¿Quiero decir que es mentira lo que dicen de Chacón? No. Tampoco es que sea verdad. Es una versión (lamentable, a mi juicio) de una historia mucho más larga. Y son las historias las que nos deben importar, no las versiones.
Acostumbrados a los detalles, nos centramos en apoyar a Rubalcaba porque no es catalán o Chacón porque a feminista no me gana nadie. Votar (o no hacerlo) a una persona por haber nacido en un lugar y con algo entre las piernas demuestra que esto de la democracia es un juego al que le quedan por pulir demasiadas piezas. Al menos, eso sí, es nuestro juego.
El cambio. Ese deseo, ese anhelo, ese lema recurrente… El cambio tranquilo o el cambio radical (perdón por la broma). Ese es el dilema.
Me parece que te olvidas (continúo la conversación que llevábamos hace un momento) de que en el momento actual es imposible que haya un candidato a la Secretaría General que, de modo general, ilusione. ¿Por qué no haberlo hecho candidato hace unos meses?
Queda entonces la elección racional entre lo que a cada uno le parezca lo menos malo. No porque los candidatos lo sean, sino porque cualquiera que pretenda coger las riendas y tenga un mínimo de bagaje para hacerlo (como tienen los dos candidatos) va a estar «contaminado» por una etapa anterior que ha concluido en un estrepitoso resultado electoral.
Yo llevo, como quien dice, dos días afiliado. De momento ando solamente echando un ojo a ver si me he equivocado: no tengo familia en el partido, ni amistades influyentes, y lo que he visto no me ha ilusionado especialmente por ahora. Cosa que por otro lado me convence de la razón que me ha llevado a afiliarme: que hacen falta nuevas ideas, más cercanas a la calle y menos «cocidas al vapor» en la misa semanal de la agrupación (dicho con todo el cariño).
A lo mejor el rollo por el que hay que ir, tal y como han hecho muchos en la calle no hace muchos meses (y ya sé que no comulgas con ese movimiento) es eso, «despersonalizar» un poquiiiito la política: que importe un poco más el vehículo y menos el conductor… ¿qué te parece?
Empezando por el principio «¿Por qué no haberlo hecho candidato hace unos meses?» Porque iba a perder las elecciones. Y eso iba a ser un lastre.
Pero voy más allá, la falta de ilusión que generan estos candidatos no viene por su CV, sino porque no han sabido ni están siendo capaces de decir nada nuevo. No son ellos, son ELLOS!!
Hace poco le leí a Geógrafo Subjetivo una entrada que me parece que caló el problema principal del partido, y es lo siguiente: están buscando alguien que se enfrente a Rajoy por presidir el Gobierno, y eso nos conduce al fracaso.
Que el PSOE gane las elecciones a medio plazo es algo que no debería ni plantearse, a mí que me digan que van a nombrar a uno para que se presente en 2016 y pierda me la suda un poco, me interesa elegir a uno que no se preocupe tanto por La Moncloa pero que cambie el partido para que pagar una cuota sirva para algo más que pegar carteles, repartir folletos y participar en actos chorras contra la violencia de género, que es para lo poco que sirve ser militante hoy en día (es decir, para nada que tenga que ver con política).
Y francamente no tengo esperanza de que eso se haga, creo que se va a elegir a alguien (que además todos sabemos cuál de los dos va a ser) para que se presente en 2o16 y pierda y los militantes, como siempre, a pegarle los carteles. Sinceramente lo menos que se merece la cúpula con esa actitud es una desbandada general de las bases, y yo espero que la haya (sin mala hostia, pero es que es lo que hay).
Un saludo.
Ni una coma que quitar o añadir a lo que dices Javier. Totalmente de acuerdo.