La autocrítica que no lo era

En estos días de recortes, Eurocopas y previos olímpicos, circulan por la red (supongo que como por los bares, pero es que yo no los visito muy a menudo. Uno prefiere más la calma de su casa, la comodidad de su aire acondicionado, el hueco de su sofá y especialmente el ahorro económico) varios comentarios entre la broma y la crítica seria a quienes vemos estos partidos de fútbol, argumentando criticando que esto nos aborrega y nos impide salir a la calle contra los recortes que el Gobierno de quien será conocido por Mariano el Corto (que nadie se me ofenda, es que creo que no va a acabar la legislatura…).

La crítica, fácil y resultona se basa en el argumento (perdón) de que el deporte y las neuronas están reñidas. Como si no hubiera ningún esfuerzo mental en entrenar todos los días, como si no hubiera belleza en una estirada de Casillas y sí en una de Tamara Rojo, como si soportar la tentación de dejar un libro y salir al parque fuera mayor que la de abandonar un maratón…

Pero es aún peor, porque bajo esa crítica a una sociedad que ¡Oh, sorpresa! quiere celebrar triunfos es en el fondo la autocrítica (aunque no lo sepan, porque no gastan mucho de eso) de aquellos que miran con envidia como sus concentraciones, sus manifestaciones y sus banderas van haciéndose cada vez menos numerosas. Como su poder disminuye día a día, como sus reivindicaciones son cada día menos intensas (no confundir con la intensidad de los chillidos) a pesar de ser más necesarias que nunca. Como sus mensajes no llegan, por mucho que los repitan (o justamente por eso, porque sólo los repiten). Como no llegan a convencer, y lo que es peor, que ya no vencen a nadie.

3 comentarios

  1. Coincido contigo. El argumento que esgrimen quienes mencionan eso me parace absurdo e insostenible, y a modo de ejemplo no creo que ver una telenovela, algún que otro programa del corazón (en formato TV o revista) o ver algún bochornoso concurso de TV sean actividades de gran desgaste mental. En definitiva, el tiempo libre de que cada uno dispone, cada cual lo aprovecha como le viene en gana, sea yendo a un concierto, a un museo, a una manifestación, leyendo, durmiendo la siesta o pintándose las uñas de los pies. El ser humano necesita de una válvula de escape a su realidad cotidiana, a su rutina, a sus problemas, a todo aquello que no le gusta o le parece incómodo, lo cual no significa que se olvide de ello. Es más una necesidad de hacer un paréntesis por pura supervivencia. Y como siempre, hay de todo, como en botica, y los hay que desoyen las protestas y permanecen ignorantes de la que está cayendo en este país, viviendo en su mundo de fantasía, pero también están en su derecho de hacerlo 🙂

  2. El 30 % en el que no coincido es en el último párrafo. Hay gente que siempre ha mirado por encima del hombro a los que vemos deportes y eso no lo cambia la crisis. Ahora solo tienen una excusa mas y un argumento molón. Por desgracia no es ni autocrítica. 🙁

  3. Me encanta vuestros post, es una verdad muy grande.

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