Mucho se ha hablado durante todo el Mundial y mucho más durante esta última semana del buen ambiente que ha reinado en la concentración de la Selección Española. El objetivo, convertirse en Campeones del Mundo, ha estado siempre por encima de egos individuales, de protagonismos, de gente que es capitán en su equipo y ha tenido demasiado tiempo (Cesc), de jugadores que apenas han participado media hora (Llorente, Javi Martínez o Arbeloa) o el caso de los porteros Víctor Valdés y Pepe Reina que además de no jugar, venían con el sanbenito de que una mala relación. Y ha sido este último, el portero del Liverpool, al que se la ha visto como pieza clave en hacer grupo.
Extrapolandolo a la política, podríamos pensar que el puesto de Reina sería, más o menos el de Rajoy: te toca chupar banquillo salvo milagro. Entonces, ¿qué pasaría si Rajoy se comportase como Reina para este objetivo común de todos los españoles: ayudar al país?
- Sería el primero en ir corriendo a felicitar al Ministro de Trabajo cuando sale un buen dato de paro (un gol).
- En un momento difícil (derrota y críticas) trataría de minimizarlas, resaltar lo positivo y dar toda su confianza, en lugar de aprovechar para pedir su puesto.
- Si tuviésemos un contratiempo (penalti en contra) sería el primero en decirle al Presidente cómo afrontarlo (pararlo).
- Si el Presidente lograse pararlo no se pondría una medalla, diría: «El Presidente es un crack»
- Animaría constantemente a los titulares (Gobierno) a hacerlo bien, incluso en los peores momentos.
- Y en caso de llegar la victoria (superación de la crisis), se convertiría en un Humilde Portavoz radiante de felicidad por el éxito del país.
Dice la marca que patrocina a la Selección que Nada es Imposible (Impossible is nothing). Seguiremos esperando la reconversión del Rajoy de la negación en un nuevo Pepe Reina