Durante todo este verano han aparecido en prensa varias noticias sobre la moral de los cuerpos. Primero fue la prohibición de ciertas playas nudistas. Después tuvimos la prohibición de varios ayuntamientos de que se llevase el torso sin cubrir con una camiseta.
La última noticia es que han detenido a una modelo en el neoyorkino museo de Arte Metropolitano por posar desnuda para un fotógrafo. El artista lleva un tiempo fotografiando escenas donde se nos ve «lo que todos tenemos» y viendo las reacciones de la gente que anda por allí.
El caso del museo me choca más incluso que los otros, ya que si hay un sitio donde se debería entender a un artista es, justamente, en un museo. Pero claro, qué podemos esperar de un país que se escandalizó con una teta en un concierto (con pezón tapado) o de que recordarán 8 años de un presidente por una mancha en un vestido…
No sé dónde vamos a llegar. A veces vamos para atrás, como los cangrejos, con la moral más severa cada día (culpa en mucho de la Iglesia, que todo lo ve y lo persigue).
Pero… si ha sido este año cuando las suecas, – ¡¡¡las famosas suecas que se veían como super-modernas en la España de los 70!!! -, han conseguido que les dejen hacer top-less en las piscinas. En fin… c’est la vie!