¿Y si la industria son ellos?

Aviso: este post no es una defensa de la Ley Sinde, ni de la Ministra. Si es lo que buscas, puedes pasar directamente a dejar tu copy&paste comentario y/o marcharte.

Todos sabemos de la existencia de determinados gurús de la red. Señores que tienen miles de followers en twitter, con blogs muy visitados, que dan conferencias, sacan libros y salen en la tele o la radio cada vez que hay que dar una opinión de la red. Ponga cada uno su nombre en su mente, es lo de menos.

Pensemos, por un momento, qué es lo que han hecho y por qué durante todo el debate de la ley Sinde (ojo! no se trata de un debate sobre la ley [aunque sé que acabará siendo inevitable y que alguno escribirá sobre ello] sino sobre lo que estos gurús han hecho o dejado de hacer). En los primeros pasos (hace ya tanto de eso…) de la ley, rápidamente recogieron el guante de algunas quejas. Fueron listos: «a la gente le gusta descargar, si yo me pongo contra ellos, dejarán de venir a mis conferencias, visitar mi blog… perderé mi influencia y mi poder, y lo más importante, mi forma de llevarme unos buenos euros». Así que emperazon con aquello del manifiesto. La red entera les retuiteó (da igual si la idea original del manifiesto es o no de ellos, porque ellos son el altavoz y así se convierten en los autores) y se armó una gorda.

¿Y luego qué? Ahí es cuando aprovecharon para explotar su imagen. No se sabe muy bien cómo o porqué o quién fue el listo que la cagó en el Ministerio de Cultura, acabaron sentados negociando (o al menos charlando, o haciendo el paripé) la ley, o su caída. Fue un gran golpe de efecto, quizá no intencionado, pero sí les vino genial. De golpe y porrazo no sólo eran gurús: eran referentes oficiales.

¿Y qué hicieron mientras la ley iba que si sí que si no? Pues dar una de cal y una de arena. Alguno se quejaba de la industria tradicional mientras sacaba un libro en formato físico. Otro se quejaba de que la ley fuese a acabar con las páginas de descargas mientras ponía a una en el ojo del huracán, diciendo cuánto ganaban. Estas cosas siempre vienen bien: uno deja de parecer un talibán.

Y mientras, sus blogs han seguido creciendo, y sus followers en twitter, sus menciones, sus charlas, sus apariciones en televisión… son grandes expertos de una ley que se han negado a negociar pero que la comentan casi sin haberla leído (a veces no hay tiempo material) o con un simple vistazo (es lo que tiene la necesidad de ser el primero en comentar, en publicar, en lanzarse) y algunos ni siquiera son abogados (yo, que tampoco soy abogado, reconozco que «entender una ley» no me permite juzgarla como lo hacen ellos.)

¿Qué hubiera pasado si se hubieran situado a favor de la ley? Nunca lo sabremos, la verdad. Pero creo que sólo habría dos escenarios posibles:

  1. Convencen a todo el mundo de que la ley es necesaria y aquí paz y después gloria.
  2. Se enfrentan a las masas. Lo que les hace perder seguidores, dejar de dar charlas…

Ninguno de los dos escenarios es bueno (o tan bueno como ha sido este) para ellos. Quizá no lo han buscado, no era su idea, no ha sido esta su estrategia… ¡pero qué bien les ha venido a algunos esta ley!

3 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo contigo Carty.

    Más de uno ha salido reforzado a nivel popular y luego por una Ley que ni defendían ni negaban pero que les ha beneficiado.

  2. Pingback:Tweets that mention ¿Y si la industria son ellos? | Cartier -- Topsy.com

  3. ¿Y ahora qué te digo yo?
    Tienen su ego, mordieron el anzuelo y gente que empezaba escribiendo en UNEDISA ahora publica para la caverna, con lo cual su «credibilidad» empieza a estar bastante tocada para medios serios.
    Y mientras otros nos dedicamos a currar no en temas del «macro 2.0», sino en el «micro 2.0» que es básicamente enseñar las herramientas y definir qué puede interesar a empresas, instituciones, hablar de Open Government, preocuparnos de difundir RSC (e incluso hacerla nosotros mismos).
    Vamos, que por mi parte más de uno ha dejado de existir. Al menos como personaje.
    Cuando les conozca en persona, pues iremos viendo, pero por el respeto que suelen mostrar a las ideas contrarias a las suyas y por el escaso número de propuestas que suelen hacer, te aseguro que no voy a buscar conocerles.

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