Aunque a veces no lo parezca. Pero aquí estoy. Terminando un curso que se está haciendo muy largo. Con un PSOE en un raro estado, un poco como las placas tectónicas: muy rígidas arriba pero con un magma debajo. ¿Habrá terremoto?
Y mientras tanto feliz con pequeños progresos deportivos. Poco a poco me vuelvo a sentir deportista, poco a poco vuelvo a sentir ciertas cosas que hacía mucho que no sentía (¿por qué dejaría de hacer deporte? Niños, nunca dejéis el deporte, es la mejor droga).
Pero casi sin tiempo para una reflexión que valga la pena leer. Todos vamos con demasiada prisa para que yo me ponga a escribiros algo que vosotros, sin duda, ya sabéis. Y ahora también sabéis que sigo vivo. Sin más.