A veces, recordar las cosas obvias, es lo menos obvio. Pensar en buscar soluciones en lugar de buscar problemas. Sacarle la lengua a la vida. Ver el horizonte y decidirse a andar hacia él. Despegar sin miedo a no llevar paracaídas. Sonreír porque sí. Porque estamos vivos, que no es poco. Porque podemos seguir aprendiendo, mejorando. La vida no es fácil, pero así es más vida. Seguir. Avanzar. No tomar demasiado en serio a las fronteras. Estar un rato a solas. Dedicarte tu propio tiempo. Bailar. Cantar en la ducha. Amar a alguien como si no hubiera un mañana. Saber que no estás solo. Ayudar a quien tienes al lado. Correr. Nadar. Gritar de vez en cuando. Hablar bajito a menudo. Jugar. Llorar cuando haga falta. Aplaudir con entusiasmo. Acordarte de quien te dio esos empujoncitos para llevarte donde estás ahora. Mimar. Callar. Escuchar el silencio. Abrazar y sentirse abrazado. Besar. Vivir. ¡Joder, vivir!

Remedios para despegar los pies del suelo.
Foto de Sary Garcia

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